Todos estamos acostumbrados a pensar –y en general hemos sido enseñados así– que los instrumentos musicales, incluido el piano, son perfectamente armónicos. Esto es verdad en muchos instrumentos musicales pero no en el piano, el cual es esencialmente un instrumento inarmónico. Veamos el por qué.

Los que han estudiado armonía saben que cuando escuchamos vibrar una nota musical de cualquier instrumento a una determinada frecuencia, en realidad lo que estamos escuchando es un conjunto de sonidos de frecuencias diferentes sonando todos juntos, es decir, en forma simultánea.

Un sonido de un instrumento musicales es, en realidad, un conjunto de sonidos de frecuencias independientes que suenan en forma simultánea. Dichos sonidos se llaman armónicos y sus frecuencias son, en teoría, múltiplos enteros de la frecuencia más baja del grupo. Dicho armónico es llamado fundamental.

Podemos decir que los armónicos tienen su origen en el modo de vibrar que poseen las cuerdas –u otro sistema generador de sonido– que poseen los instrumentos musicales.

Vamos a ejemplificarlo con una cuerda.

Inarmonía en el piano

En el esquema precedente vemos una cuerda vibrando. Allí podemos observar cuatro modos diferentes pero simultáneos en los que vibra dicha cuerda. Esos cuatro modos no son los únicos dado que hay muchos más. Cada uno de esos modos genera un tono de frecuencia distinta a los otros.

La frecuencia del segundo, tercero y cuarto armónicos son –en teoría– múltiplos enteros de la frecuencia de la fundamental. De este modo tenemos que si la frecuencia fundamental es de 440 Hertz, el segundo parcial será de 880 Hertz, el tercero de 1320 Hertz y el cuarto de 1760 Hertz. Todos estos armónicos junto con la fundamental suenan al mismo tiempo cuando es pulsada dicha cuerda.

Si un instrumento musical produce armónicos que son múltiplos enteros exactos de la frecuencia fundamental diremos que el instrumento es armónico.

Si, en cambio, un instrumento musical produce armónicos que NO son múltiplos enteros exactos de la frecuencia fundamental sino que se encuentran levemente desviados, diremos que el instrumento de que se trate será inarmónico. Al fenómeno que se de en dichos instrumentos le llamaremos inarmonía y a dichos armónicos desviados les llamaremos parciales.

En el piano se presenta el efecto analizado en los párrafos anteriores. Por ende, el piano es un instrumento esencialmente inarmónico, ya que los parciales que generan sus cuerdas se encuentran levemente desviados del valor teórico esperado para ellos.

Dicha desviación no es siempre de igual signo, es decir, por ejemplo en forma positiva, sino que se alternan armónicos que se desvían en forma positiva, teniendo frecuencias mayores a sus valores teóricos esperados, mientras que hay otros que se desvían en forma negativa, teniendo frecuencias menores a sus valores teóricos esperados.