10 Pianistas que marcaron el Siglo XX

El siglo XX estuvo marcado por grandes conflictos, choques ideológicos y muchos cambios — incluyendo la música. En este artículo hablaremos sobre los diez pianistas más destacados del siglo XX, aquellos que dejaron una notable huella en el mundo de la música, que hasta hoy en día podemos apreciar. Su arte ha llegado al corazón de miles de personas, y es por esta razón que merecen un lugar en este ranking, porque el arte solo se convierte en este si es capaz de llegar al corazón de las personas —y estos extraordinarios pianistas lo han logrado con mucho éxito. Sin nada más que agregar, empecemos.

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1. Josef Hofmann

Joseff HofmannUn verdadero prodigio de origen polaco, nacido el 20 de enero de 1876. Josef Hofmann poseía el molde de un extraordinario pianista desde muy temprana edad, exactamente desde los 6 años, edad a la que empezó a dar conciertos abiertos al público, cuyos asistentes quedaban impactados por dos cosas: el elevado arte de su música y su corta edad. Mas cabe mencionar que a los 5 años hizo su gran debut en Varsovia, donde ofreció un concierto inolvidable que sería recordado por todos los presentes.

 

Y así fue como despegó la carrera de Josef Hofmann, fue tanto su éxito y expansión que a los 10 años se encontraba dando tantos conciertos, que tuvieron que intervenir las autoridades con la finalidad de que esto no atentara contra la salud del entonces pequeño Josef. Un curioso incidente, que nos permite la magnitud de su carrera a una edad tan prematura.

Antes de pasar a ver más en detalle su historia y carrera, vale preguntarnos: ¿Cómo fue que surgió este pequeño prodigio? Una pregunta que a primera vista parece no tener una respuesta concreta. Pero podemos decir que Josef Hofmann llevaba el genio musical en los genes, luego de saber que su madre era cantante de ópera, y su padre fue director del teatro de Cracovia, además de profesor de piano en el Conservatorio de Varsovia. Sin duda alguna una o dos cosas heredó de sus padres.

Historia y carrera

Josef Hofmann contó con la instrucción de grandes maestros a lo largo de su carrera, tales como Moritz Moszkowski y Anton Rubinstein, quienes se encargaron de explotar el potencial del pequeño prodigio. Fue el primer músico en ser grabado, y sus primeras grabaciones fueron hechas para Tomas Edison en el año 1888, exactamente en Marzo. Respecto a esto existe una leyenda urbana, que relata que Hofmann hizo estas grabaciones mientras estaba sentado en el regazo del mismísimo Edison. Por un largo tiempo se llegó a creer esta historia como cierta, pero las dudas sobre su veracidad se originaron a raíz de un artículo publicado en la revista IPQ, que mostraba evidencia en contra de esta historia.

Ahora repasemos aspectos más puntuales de su carrera musical. Desde niño hizo tours en toda Europa, deleitando con fino arte del piano a personas de Francia, Holanda, Alemania, Noruega, Dinamarca, Suecia y Gran Bretaña. Entre sus hazañas rescatamos la vez que tocó el concierto para piano de Beethoven No.1 Op. 15 en Berlín, en compañía de la Filarmónica de Berlín. Y la vez que cautivó a todo Londres, tocando la misma obra que en Berlín, pero esta vez en compañía de la Royal Philharmonic Society. Así mismo, siendo aún tan joven, ofreció conciertos en América del Norte, y fue aquí donde las autoridades del mismo país intervinieron para velar por la salud de Josef, debido a que se encontraba frágil y delicado debido a todo el trajín y estrés de más de 50 conciertos en suelo norteamericano.

Hofmann nació en el año en el que vio la luz el primer piano moderno de Steinway. Era común escuchar las quejas de distintos pianistas respecto a este piano, entre ellos encontramos a pianistas como Moritz Rosenthal, Fred Gaisburg y Schnabel. Hofmann, por el contrario, se sentía sumamente cómodo en frente de un Steinway, y lo manejaba con una destreza y arte nunca antes vista. Era capaz de hacer con él lo que él quisiera, desde tocar clásicas melodías de piano hasta improvisar. Y fueron estas improvisaciones de Hofmann en el piano que llamaron mucho la atención, recibiendo muchos elogios sobre todo en Norteamérica. Es por esta y muchas más razones que algunos llegan a considerar a Hofmann como el mejor pianista de toda la historia. Ahora, demos un breve repaso por su carrera adulta, para culminar con el listado de sus mejores creaciones.

Ya como un pianista hecho y derecho, Hofmann experimentó tanto el sabor del éxito y la gloria, pero también supo encontrarse en los estratos más bajos de su ser, cayendo en el vicio del alcohol. Hofmann deslumbrara a todo el mundo por su interpretación pura y sin fallas. Nunca se le escapaba una nota, pero tampoco caía en el error de la rigidez. Era un talentosísimo pianista, que contaba con una gran precisión y la gracia de la improvisación —la combinación perfecta.

Uno de sus maestros fue Rubinstein, quien luego de ver su majestuoso debut en Hamburgo a los 18 años, donde tocó el concierto para piano de Rubinstein No. 4 Op. 70. Lo más mágico de aquella experiencia fue que el pupilo tocaba y el compositor dirigía. Su debut fue tan extraordinario, que luego de ello Rubinstein declaró que no había nada más por enseñarle, él era ya un prodigio y maestro del piano, listo para deslumbrar al mundo con su arte por muchos años. Poco tiempo después de este emocionante evento en la vida de Hofmann, su maestro Rubinstein retorna a su hogar Rusia, donde muere en Noviembre. Nos atrevemos a decir que partió de este mundo satisfecho, por haber dejado su semilla y enseñanzas en otro prodigio igual que él.

La biografía de Hofmann es tan extensa y emocionante que nos harían faltas páginas, o por el contrario deberíamos dedicar todas las páginas de este listado a relatar su vida y obra. A lo largo de su carrera produjo más de 100 composiciones, varias de estas bajo el seudónimo de Michel Dvorsky. Pero las obras de Hofmann no se limitaron solamente a la música, sino que también gozaba de genio de inventor. A lo largo de su vida logró tener 70 patentes, de estos inventos una gran parte estuvo destinada a la mejora de la amplificación en pianos.

Y así vivió Josef Hoffman, hasta su muerte un 16 de febrero de 1957. Una vida llena de música, logros y excelencia. Fue el primer pianista en ser grabado, pero se alejó de las grabaciones por un buen tiempo hasta 1923, afirmando que la tecnología de ese entonces no iba a la par de su parte, puesto que no era capaz de retratar de manera fiel sus composiciones.

Mejores composiciones 

  • Barcarolla (1887)
  • Thema mit Variationen und Fuge (1892)
  • Trois impressions (1915)

La primera de la lista, Barcarolla, representa los inicios de Hofmann. Si uno quiere ver cómo era la musicalidad del aún joven Hofmann, esta es la mejor representación de aquello. Se caracteriza por sus patrones simples de melodías y figuraciones. Por el contrario, Thema mit Variationen und Fuge, muestra a un Hofmann haciendo uso de la forma clásica de tocar el piano, aquí se ve la influencia de uno de sus primeros maestros: Moritz Moszkowski. En el último de la lista, Trois impressions, se puede apreciar a un Hofmann con un estilo fuertemente influenciado por el impresionismo musical.

2. Sergei Rachmaninoff

Sergei RachmaninoffOtro de los grandes pianistas del siglo XX. De la misma tierra que Rubinstein, Sergei Rachmaninoff nació un primero de abril de 1873 en Rusia. Todos hemos de recordar el importante hecho histórico acontecido en Rusia en el año 1917: La revolución bolchevique. Esta fecha nos sirve como punto de retroceso, para ver que Rachmaninoff antes de esta fecha dedico todo su genio y energías a componer sus primeras obras, de las cuales muchas serían parte de su colección de mejores composiciones que pasarían a la historia. Entre ellas encontramos:

  • 24 Preludios
  • 17 Etudes-tableaux
  • Sinfonía No.2

Luego de estallar la revolución, Rachmaninoff ve su trabajo interrumpido y decide marcharse hacia los Estados Unidos de América. En este país pudo por fin volver a concentrarse en tocar el piano, alcanzando un nivel incluso más alto. Rachmaninoff hizo sus primeras grabaciones comerciales allá por el año 1919, y lo siguió haciendo prácticamente hasta el final de sus días.

 

 

Al igual que Josef Hofmann, Rachmaninoff gozaba del don de la precisión. Su interpretación era impecable, pero tenía algo distinto a Hofmann, Pachmann o Paderewski, y que es su estilo era moderno, rompía con los esquemas de aquella época. Su estilo era una revolución en sí, una revolución musical.

Rachmaninoff no cayó en el vicio del impresionismo musical. A diferencia de sus contemporáneos, él no busca atrapar a la audiencia por medio de técnicas exageradas o expresiones fuera de lo natural, todo lo contrario, Rachmaninoff encantaba a su audiencia con su estilo único: natural, perfecto en técnica, sublime y sutil. Este era su estilo, que le otorgo un merecido lugar en la historia de la música, he aquí la razón de su inclusión en este ranking.

Para cerrar. Rachmaninoff poseía una mente brillante, que le permitía interpretar composiciones suyas o de otros de manera analítica, es decir, siempre buscaba expresar del sentir más profundo de cada composición. Otro curioso dato es que Rachmaninoff era el pianista con los dedos más largo de esta lista, debido a su 1.98 metros de estatura, lo que le permitía alcanzar las teclas del piano con mucha facilidad y sutileza, otro punto que sumaba a favor de su peculiar y enigmático estilo.

Mejores composiciones

  • La Isla de los Muertos
  • Concierto para piano n° 2
  • Las Campanas
  • Sinfonía n° 2

3. Alfred Cortot

Alfred CortotAlfred Cortot (26/09/1877 – 15/07/1963) fue uno de los músicos más importantes del siglo XX. De padre francés y madre suiza, nace en la ciudad de Nyon, Suiza. Formó parte del famoso “Trío del Millón de Dólares”, junto a otros renombrados músicos como Jacques Thibaud (violín) y Pablo Casals (violonchelo).

Dio su debut en el año 1897 con el Concierto Para Piano de Beethoven nº 3 en Do menor. Op. 37. Desde ese momento el mundo lo conoció, y desde ese instante su fama solo fue en ascenso. Tiempo después empezó a interpretar las creaciones de Wagner con su propio estilo, que iba en perfecta combinación con el de Edouard Risler, con quien daba recitales de piano en dueto.

 

Hizo sus primeras grabaciones en el año 1903, acompañado de la soprano Felia Litvinne, para luego separarse y volverse independiente en sus grabaciones a partir del año 1919. Entre sus logros, aparte de su gran carrera musical, podemos destacar la creación de la Ecole Normale de Musique, para la cual reunido a un selecto staff de talentosos músicos. Él mismo Cortot enseñó en esta escuela de música hasta 1961. De esta escuela salieron grandes talentos, dentro de los cuales resaltan Clara Haskil, Yvonne Lefébure y Magda Tagliaferro, quienes recibieron instrucción directa del maestro Cortot.

Sin duda un pianista lleno de talento, que al igual que las tres facetas de Hofmann o la naturalidad de Rachmaninoff, también contaba con su propio estilo, que atrapa al público desde el primer instante y los sumergía a las profundidades de su mundo, lleno de música y misterio en cada nota.

4. Artur Schnabel

Arthur SchnabelA diferencia de Hofmann, los padres de Schnabel no eran músicos, más aun así lo alentaron a estudiar piano desde pequeño, lo que tiempo después daría grandes frutos. Nace en Austria, un 17 de abril de 1882. Desde pequeño mostró un gran talento para el piano, tocando a los 6 años ante el profesor Hans Schmitt en el Conservatorio de Viena. Desde aquella ocasión el primer paso se dio, para la aparición de uno de los pianistas más reconocidos y respetos del siglo XX, cuyo arte encantó a toda Europa y el mundo.

Poco tiempo después la familia de Schnabel tuvo que irse a vivir a Viena, debido a que el joven Schnabel había sido aceptado como pupilo de Theodor Leschetizky, uno de los maestros más respetados de la época. Por hechos aislados a Schnabel, su familia tuvo que retornar a su ciudad natal, Bielitz. Dejando al aún joven Schnabel (11 años) en Viena viviendo con otra familia, con la finalidad de que pueda seguir su rumbo e instrucción con Leschetizky.

Leschetizky se dio cuenta del gran talento que poseía Schnabel, era simplemente fenomenal. “No serás nunca un pianista, tú Schnabel eres un músico”. Él iba más allá del concepto clásico del pianista, Schnabel podía innovar y entendía la música como si de palabras se tratara. Es por ello que su instrucción no incluía la clásica receta de Chopin y Liszt, nada de eso, por el contrario lo animó a aventurarse en terrenos completamente distintos, alentándolo a tocar las sonatas de piano de Schubert. Leschetizky era tan conciente del talento de Schnabel que decidió instruirlo en la parte más teórica de la música, para que de esta manera fuera capaz de entender y dominar el arte de la música desde todos los ángulos. Con el fin de lograr esto, lo envío a estudiar teoría y composición con Eusebius Mandyczewski.

Luego de dar su gran debut en Viena, decidió emprender rumbo a Berlín en busca de nuevas aventuras, él era ya un músico instruido y preparado por uno de los mejores maestros de la época. Schnabel se ganaba la vida por esas épocas mediante la enseñanza y tours ocasionales con otros músicos. La carrera de Schnabel en Alemania se vio un poco retrasada en sus inicios, pero luego llegó a convertirte en el centro de atención en Berlín, cosa que se vio interrumpida con el ascenso de Hitler al poder, lo que obligó a Schnabel junto a su esposa a abandonar la ciudad.

Realizó multitud de tours a lo largo de su vida, la mayoría dentro de Europa, así como 4 en la Unión Soviética y 2 en América del Norte, también un único tour que realizó en Australia.

La vida de Schnabel está llena de episodios importantes e interesantes, como su ida a Estados Unidos luego del tour en Australia, donde decidió no volver a Italia. En Estados Unidos fue contratado por la Universidad de Michigan. Mas el lugar de su última presentación fue en el Hunter College en Enero de 1951, que sirvió a manera de despedida de su carrera musical debido a que se encontraba débil de salud. Poco después volvió a Suiza, muriendo en Agosto del mismo año de su última presentación.

Sin duda alguna sus mejores grabaciones son las que están relacionadas a Beethoven, siendo el primero en la historia en grabar las 32 sonatas de Beethoven. Schnabel interpretaba sus obras de una manera única, en especial Piano Concerti. Schnabel era un pianista que gozaba principalmente de aquellas composiciones de corte serio e intelectual, lo que lo llevó a interpretar por casi toda su vida las obras de Bach, Mozart, Beethoven, Brahms, Schumann y Schubert. Era muy serio a la hora de ejecutar la técnica, pero sin caer en vicios innecesarios.

Al igual que Hofmann y Rachmaninoff, Schnabel también fue un dotado compositor. Y he aquí sus mejores creaciones:

Mejores composiciones

  • Sonata para violín y piano: IV
  • Streichquartett (Cuarteto de Cuerdas n° 2)
  • Streichquartett (Cuarteto de Cuerdas n° 4)
  • Seven Piano Pieces
  • Duodecimet

5. Arthur Rubinstein

Rubinstein gozó de una de las carreras musicales más largas. Nació un 28 de enero de 1886, y muere un 20 de diciembre de 1982. El apellido puede ser engañoso, debido a que es el mismo de uno de los maestros de Hofmann, cuyo nombre era Anton y nosotros hablamos de Arthur, vale hacer la aclaración.

La carrera musical de Rubinstein se encontró con un gran obstáculo: Tuvo esta fama hasta el día de su muerte.

Arthur RubinsteinAl igual que la mayoría de pianistas de esta lista, Rubinstein mostró un talento especial para la música desde temprana edad. Pero a diferencia del resto, él no fue explotado como un niño prodigio. Mas cabe mencionar que dio su primer concierto a los 7 años. A los 12 años hizo su primer debut en Berlín, tocando el Concierto para Piano de Mozart. Desde allí toda la vida de Rubinstein giraba en torno a la música, lo que lo llevó a distanciarse de su familia, más aun cuando decidió partir a París.

Una vez ya en París, Rubinstein hizo su debut tocando el Concierto para Piano de Chopin n° 2 en Fa menor Op. 21. Esto le sirvió como catapulta hacia América del Norte, donde dio 40 conciertos en total a lo largo de tres meses. Para ese entonces Rubinstein era conocido en las esferas más altas de la sociedad, lo que lo llevó a caer poco a poco en el necesario vicio de la socialización. Se vio atrapado entre la popularidad, lo que poco a poco hizo que ignorara la importancia de la práctica, en especial en pasajes de alta demanda técnica. Lo que consecuentemente hizo que explotara hasta un punto crítico su natural talento para aprender rápido, pero llegó un momento en el que aprender rápido y camuflar errores con el pedal de sostenimiento dejaron de funcionar, y esto se vio en opiniones sobre su trabajo que lo calificaban de inmaduro y falto de preparación. Pero no todo era malo, si bien las críticas y opiniones en Estados Unidos no eran las más alentadoras, siempre recalcaban que Rubinstein era un pianista de genio natural, que solamente necesitaba madurar.

Rubinstein además de ser un extraordinario pianista, era tan bien políglota. El hablar 5 idiomas le fue de mucha ayuda, en especial el francés, debido a que al estallar la I Guerra Mundial, pudo vivir en París sirviendo de intérprete. Rubinstein también paseo por España y América del Sur, lugares donde encontró muy buena acogida y se volvió rápidamente muy popular. Este episodio de su vida marcó un punto importante, y este fue su relación hasta el día de su muerte con la música de España.

Rubinstein como dijimos gozó de una carrera musical, una de las más largas. De 1927 a 1976 fue el periodo de su vida en el que grabó muchas composiciones. Entre las más importantes de su repertorio grabó las obras completas de Chopin y los conciertos para piano de Beethoven.

Rubinstein tenía un estilo musical que inspiraba masculinidad, nos inclinamos a asumir que esta la razón de su éxito con las mujeres. Su tempo al tocar era sorprendentemente natural, y siempre buscaba despertar emociones en el oyente.

Muchos músicos fallan en un aspecto crítico: interpretar la música. Y es que interpretar y llevar el sentimiento de las obras de Chopin, Beethoven o cualquier otro compositor de gran nombre no es una tarea fácil. Rubinstein contaba con esta rara y fascinante habilidad, era como si cada nota que tocaba era un llamado al corazón del oyente, y la melodía en general un encanto al alma. No es por nada que muchos reconocen como supremo y fuera de este mundo las grabaciones de las obras de Chopin por Rubinstein, quien las interpreta como ningún otro.

Debido a su estilo tan masculino, no todas las composiciones le eran propicias. Por lo que es fácil pensar que este estilo no es el más indicado para tocar las obras de Schumann o Schubert, y aquellas personas están en lo cierto. Por un lado tenemos al Concierto para piano de Schumann, una obra que limita su fuerza y virilidad a la hora de tocar. Por parte de Schubert tenemos a Wanderer Fantasie, otra composición insatisfactoria e incompatible con Rubinstein.

Como sabemos, al pensar en Arthur Rubinstein es inevitable no relacionarlo con Chopin. Con lo anteriormente dicho de que Rubinstein no era tan compatible con las obras de Schumann o Schubert, es fácil pensar que fuera del ámbito de Chopin su interpretación era pobre o escasa — pero es una idea errada. Entre sus mejores grabaciones encontramos el Concierto para piano de Brahms N° 1 Op. 15, obra que le permitía manifestarse a gusto y placer los límites más atrevidos de su estilo.

Un pianista con una vida sumamente interesante, y de increíble talento y estilo único. Es por ello que tiene un merecido lugar en este listado. Además, sin desmerecer el talento y trabajo de Cortot, muchos se animan a calificar las grabaciones de Rubinstein como superiores a las de Cortot. Eso lo dejamos a su propio juicio.

6. Vladimir Horowitz

Pianista de origen ruso. Nace un 1 de octubre de 1903 y muere un 5 de noviembre de 1989. Fue uno de los pianistas más famosos del siglo XX, originario de Kiev, Ucrania, mientras ésta estaba incluida dentro del extinto Imperio Ruso. Más vale anotar que existe cierta controversia, debido a que algunos afirman que el lugar de nacimiento de Horowitz no fue Kiev, sino Berdichev.

 

Vladimir HorowitzAún muy joven, a los 9 años, entra a estudiar en el Conservatorio de Kiev. Fue aquí donde conoció a dos de sus maestros más resaltantes. Fue aquí donde se forjó e instruyó, con el fin de convertirse en un pianista, o mejor dicho un músico hecho y derecho.

Desde temprana edad Horowitz deslumbraba a todo el mundo con su asombroso talento para tocar el piano. Y este encanto fue tan solo en aumento a medida que crecía, y fue esto junto con el ambiente del que se rodeaba los que forjaron su actitud.

Un evento marcó la vida de Horowitz: La Revolución Rusa. Con este violento evento histórico su familia lo perdió todo, lo que lo llevó a tener que ganarse la vida. Luego de un tiempo sus conciertos se volvieron una sensación y su fama empezó a subir con el paso del tiempo.

Debutó de manera exitosa en Jarkov. Luego pudo por fin pasar a la escena internacional, realizando su primera y exitosa presentación en Londres, allá por el año 1928. Fue aquí donde el público fuera de su tierra natal pudo por primera vez apreciar el arte de Horowitz, cuya audiencia colmó de halagos hacia su talento, resaltando su impecable técnica, ímpetu e interpretación de coloridos matices. Era él, un músico más que un pianista, capaz de llevar el mensaje de la música a sus oyentes.

Interpretaba de manera excelente e única a Franz Liszt, así como las obras de Sergei Rachmaninoff y Scriabin. También le iban muy bien las obras de Beethoven, Tchaikovsky, Mozart y Brahms. Llevaba siempre consigo a su afinador de pianos personal Franz Mohr.

Su estilo era impecable en técnica, muy parecido en este aspecto al de Hofmann, pero sería un error caer en esta comparación, debido a que cada uno posee sus propios puntos flacos y fortalezas. Lo encantador de Horowitz era su infinita creatividad, sus interpretaciones estaban llenas de matices emocionantes, así como efectos rítmicos y dinámicos, que lograban situar al oyente en una nueva dimensión, donde él era el relator de la historia y el oyente el aventurero.

Sin duda alguna un músico merecedor de un puesto en esta lista.

7. Sviatoslav Richter

Richter SviatoslavPianista ruso de vasto repertorio, excelente intérprete y técnica impecable. Nace el 7 de marzo de 1915, y muere un 1 de agosto de 1997.

De los participantes de este grupo, Richter debutó a una edad un poco tardía en comparación a los otros. A los 19 años pudo por primera vez dar a conocer al mundo su arte, pero no fue hasta 8 años después que pudo entrar al Conservatorio de Moscú. Se relata que Richter aprendió de manera empírica, si bien tuvo la oportunidad de asistir a clases de piano, aprendió más leyendo las partituras operísticas y prácticamente por su propia cuenta. Era desde ya una persona dotada con el talento necesario para dominar los sonidos del teclado, y tejer con ellas una red de melodías.

Como hemos visto muchos de los pianistas de esta lista se vieron afectados de una u otra manera por los trágicos eventos del siglo XX. En este caso para Richter, la II Guerra Mundial le arrebató a su padre, quien fue arrestado y luego ejecutado al ser alemán.

Richter ganó popularidad en la Unión Soviética a causa de haber ganado una importante competencia de piano en Moscú, y su fama fue creciendo día tras día. Su reputación se empezó a fortalecer en los años posteriores a la guerra.

Richter pisó por primera vez un escenario internacional en el Festival de Primavera de Praga. Richter dio conciertos en muchos lugares a lo largo de Europa, y fue especialmente apreciado en Asia. Tocó en China y Japón.

Su discografía es muy amplia, y en ella podemos encontrar una gran presencia de Bach:

  • El clave bien temperado
  • Suites Inglesas
  • Suites Francesas
  • Concierto Italiano

También grabó la mitad de las 32 sonatas de Beethoven. Dentro de este grupo destaca su grandiosa interpretación de la sonata Appassionata, sin duda alguna un deleite para el oído. Pero sin duda alguna su punto fuerte son las sonatas de Schubert, su estilo al contrario del de Rubinstein, iba perfectamente con las composiciones de Schubert. Debido a que su tempo era más lento y relajado, así como un toque más suave de las teclas, sus interpretaciones de estas sonatas son cautivantes y llenas de sentimiento. Y no habremos de olvidarnos de sus interpretaciones de las obras de Schumann, es esto lo que ha llevado a muchos a ser fanáticos de Richter, su trabajo con estas piezas es simplemente magnífico. Las obras de Schumann le proporcionaban a Richter el espacio necesario para llevar toda su creatividad hacia el público. Es tan mágica y grandiosa la interpretación de Richter para estas obras, que por momentos uno tiende a pensar y aferrarse a la idea de que Schumann ha sido el mejor compositor para piano de la historia. Y es que Richter lo hace ver como tal, al poder explotar de manera tan elegante, emotiva y comunicativa todos los recursos de estas composiciones.

Su estilo era más delicado, pausado pero respetando la técnica. Su modo de tocar era siempre comunicativo y atrapante, su estilo es lo más cercano a un hechizo musical.

No cabe duda que Richter se merece un lugar en este listado.

8. Arturo Benedetti Michelangeli

MichelangeliPianista nacido en Italia el 5 de enero de 1920. Benedetti no empezó a explorar el mundo de la música precisamente con el piano, sino más bien con el violín a la edad de 3 años. No fue hasta los 10 años que tuvo la oportunidad de empezar sus estudios de piano en el Conservatorio de Milán. Después de este episodio en su vida, nunca más recibió instrucción de maestro alguno.

Sus padres, a diferencia de muchos de esta lista, se oponían a la idea de que Benedetti estudiara música. Su trayectoria musical se vio interrumpida por muchos años, debido a que fue obligado a estudiar medicina. Pero este si bien fue un gran obstáculo, no lo detuvo. Tiempo después pudo volver a su pasión: la música.

Benedetti tenía una actitud caótica por así decirlo. Para “el Liszt italiano” era frecuente cancelar conciertos sin mayor razón que su propia decisión. Su repertorio palidece en términos cuantitativos en comparación al de Richter, pero su discografía es muy grande, debido a que se grabaron más de cinco versiones de cada una de sus interpretaciones.

Benedetti era el maestro de la técnica. Dominaba la técnica como ningún otro, lo que le permitía tener un control supremo sobre lo que interpretaba. El piano era su reino, y el volumen y tono de cada nota era propiedad suya, podía controlarlas a placer y gusto suyo.

Entre sus interpretaciones más resaltantes encontramos:

  • Variaciones sobre un tema de Paganini – Brahms
  • Imágenes – Claude Debussy
  • El rincón de los niños – Claude Debussy
  • Concierto para piano de Rachmaninoff N° 4

Un absoluto maestro de la técnica, con un estilo impecable. Merecedor de un lugar en nuestra lista de los 10 mejores pianistas del siglo XX.

9. Emil Gilels

Emil GilelsEmil Gilels (19/10/1916 – 14/10/1985). Un pianista ruso de gran talento, cuya familia no era precisamente musical. Estudio música desde muy pequeño, más precisamente desde los 6 años.

Su vida estuvo llena de logros desde temprana edad. Ganó el primer puesto en la Competencia Nacional de Ucrania. Luego de pasar por distintos episodios y la instrucción de maestros como Bertha Reingbald y Yakov Ychav, Gilels logra una de sus primeras metas: estudiar en el Conservatorio de Moscú.

Gilels y Benedetti se vieron por primera vez las caras en 1938, en un concurso llamado Queen Elizabeth Competition, organizado en Bruselas. Fue aquí donde Gilels cosechó otro logro, obteniendo el primer lugar, dejando a Benedetti en el séptimo lugar.

Gozó de gran popularidad en Estados Unidos, donde presentó por primera vez en el año 1955. Era un pianista modesto y humilde, que al ver la exaltación y admiración por parte de los norteamericanos hacia su arte dijo: “Solo esperan a escuchar a Richter”. Era sin duda alguna, aparte de virtuoso, era centrado y humilde.

Entre sus puntos fuertes encontramos sus excelentes interpretaciones de las obras de Beethoven. Era un arquitecto de la música. Su estilo impecable en técnica, era además rico en tonos y matices, lo que generaba un sonido cautivante y muy agradable, el mismo que podemos escuchar hoy en día gracias a sus grabaciones. Era la clase de pianista que organizaba todo de manera lógica, cuidando del balance con la finalidad de estar lo más cerca posible a la perfección en sonido. Cuidaba mucho de cada una de sus interpretaciones, con un tempo relajado y pausado de mano con una manera única de comunicar la música. Esto lo podemos constatar en sus interpretaciones de Beethoven, Liszt, etc.

Con un estilo aristocrático, lógico e inmaculado en técnica, Emil Gilels obtiene su lugar en la lista de los 10 pianistas más importantes del siglo XX.

10. Claudio Arrau

Claudio ArrauPara cerrar con broche de oro, tenemos a Claudio Arrau. Otro niño prodigio que con gran talento tocaba ya desde los 7 años la compleja obra de Liszt: Gnomen-Reigen. Nació un 6 de febrero de 1903 en Chile, y muere el 9 de junio de 1991.

Desde pequeño Claudio tuvo una infancia difícil. Su padre murió cuando él tenía solamente un año, lo que llevó a su madre a buscar formas de solventar los gastos de toda la familia, lo cual no era nada fácil teniendo 3 niños a los cuales mantener. Mas encontró en dar clases de piano una respuesta, y fue así como pudo sacar a su familia adelante. Más adelante su madre pudo costear los gastos adheridos a vivir en la capital, todo con la finalidad de que su hijo pueda explotar al máximo su talento musical.

El gobierno de Chile se dio cuenta del gran talento del joven Arrau, por lo que financió sus estudios en Berlín. Fue allí donde estudió en el Conservatorio de Stern, donde conoció a su maestro Martin Krause, a quien vería de ahí en adelante como a un segundo padre, que era además uno de los últimos discípulos de Liszt.

Arrau contaba con un gran repertorio, en el que encontramos a Bach, Mozart, Beethoven, Liszt, etc. Gozó de gran popularidad en Alemania y Austria. La razón reside en el excelente dominio y manejo de las obras de Beethoven. Arrau era fiel al concepto del que el virtuosismo en términos de técnica debe ser considerado como un medio para servir a la música, mas nunca como un fin por sí solo. Podemos localizar esta tradición interpretativa en Liszt, y fue Arrau uno de sus últimos seguidores.

Arrau cosechó éxitos a lo largo de su carrera, incluso realizaba tours musicales cuando su edad pasaba ya los ochenta años. Era admirado y querido en Alemania, pero a consecuencia del fortalecimiento del régimen de Adolfo Hitler, se vio forzado a abandonar Alemania. Pero fue bien recibido en Estados Unidos, donde eligió como ciudad Nueva York.

Su estilo tiene el tempo más lento conocido hasta ahora, además se componía principalmente de cambios en el ritmo y tempo, las variaciones en términos de color de tono era escasas. Mantenía un volumen perfecto, nunca muy bajo o alto. Este estilo ha sido calificado por algunos como inferior en comparación al resto de sus contemporáneos, pero esto es un craso error. Tal y como Rubinstein no era apropiado para interpretar a Schubert o Schumann, Arrau no era el más indicado para interpretar a Chopin, Debussy o Chopin. Su estilo era perfecto para interpretar a Beethoven y Brahms, y es por ello que está incluido en esta lista.

Con un estilo único, perfecto para Beethoven y Brahms, Claude Arrau tiene merecido su lugar en este ranking.

Conclusiones

Ha sido un largo viaje. Pero si somos sinceros, describir el estilo y vida de cada uno de estos pianistas nos tomaría aproximadamente la longitud de este artículo, para cada uno de ellos. Esperamos que te haya agradado, y que este viaje haya podido enseñarte algo nuevo sobre estos fascinantes pianistas del siglo XX.

Sobre el autor: Prof. Hugo Landolfi

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  1. Estimado Profesor Hugo Landolfi:
    Creo que se equivoca con su apreciación respecto de la forma de tocar de arrau.
    Al menos, yo discrepo.

    Saludos.

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