Toda persona tiene algo que compartir con el mundo. Los pianistas, aparte de deleitarnos con su música, pueden también brindarnos bocanadas de sabiduría con ciertas frases de pianistas. Este ha sido nuestro trabajo con este artículo: recopilar las mejores frases de los mejores pianistas en un solo lugar.
El artículo tiene una estructura en especial, con la finalidad de hacer la lectura lo más agradable posible. Para cada pianista famoso de nuestra lista se le ha buscado su mejor frase. Cada sub-sección abrirá con el nombre del pianista en cuestión, para luego pasar a ver la frase, lo que finalmente nos llevará a un análisis de la misma.
Un punto curioso y a la vez importante que debe ser mencionado es que, a lo largo del artículo, podrás observar como las ideas de estos pianistas se relacionan entre sí, lo cual es muy importante para los que estudian piano. Como es que cada uno de ellos parece coincidir en ciertos puntos con otros, esto con el objetivo de hacer este artículo una experiencia inolvidable.
Esto es todo lo que tienes que saber antes de seguir leyendo. Esperamos que disfrutes mucho de esta nueva publicación.
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Sergei Rachmaninoff:
«La música debe expresar el país de nacimiento del compositor, sus amores, su religiosidad, los libros que han influido en él, las pinturas que ama; debe de ser la suma de sus experiencias. La música brota solo del corazón y al corazón se dirige; la música es amor. Su hermana es la poesía y su madre, el sufrimiento».
Comentario:
Una frase a la talla del talentoso Rachmananinoff. La música nace solamente del corazón, porque es al corazón de la audiencia a la que se dirige. Según Rachmaninoff la música, con la finalidad de cumplir su fin supremo que es conmover y tocar el corazón de quienes la escuchan, debe ser una elegante síntesis de la experiencia, vivencia, sentimientos y personalidad del intérprete. La música debe despertar sentimientos, sea la más completa felicidad o ser el perfecto consuelo para un corazón que sufre.
Según Rachmaninoff, a menudo también llamado como el poeta de la música, la música debe estar llena de vida, ser un fiel reflejo de ella. En algún momento también Rachmaninoff dijo que la música era lo más opuesto a la muerte, así como que la música era suficiente para toda una vida, pero que una vida por sí sola es escasa para la música. Así como cualquier otra área de conocimiento, la música guarda en ella sus propios secretos e interminables laberintos, y Rachmaninoff era muy consciente de ello.
Arthur Rubinstein:
«Un artista debe ser único, un mundo en sí mismo».
Comentario:
Una excelente frase de un gran y talentoso pianista. Como pudimos ver anteriormente con Rachmaninoff y su frase destacada, al parecer Rubinstein y él coinciden en el mismo punto: cada artista es un mundo aparte. Podemos deducir que en base a lo dicho por Rubinstein, la condición básica para crear música original y extraordinaria, es ser un artista original en sí.
Y podemos decir que Rubinstein era un artista único en su clase. Aparte de su gran talento a la hora de tocar el piano, poseía también una personalidad muy marcada y diferente a la de la mayoría de gente. Rubinstein creía que no existía una fórmula para el éxito como tal, para él el camino hacia el éxito era simplemente abrazar sin condición alguna a la vida y darle la bienvenida a todo lo que viene junto a ella.
Rubinstein era también una personalidad que ponía en muy alta estima la valentía. Con ello podemos ver que la personalidad de Rubinstein estaba compuesta en gran parte por la resiliencia y enfrentar a la vida tal y como es. Una virtud que muchos de nosotros deberíamos tratar de imitar, no por nada Rubinstein llegó a ser uno de los mejores pianistas del siglo XX.
Franz Liszt:
«La música es un lenguaje poético, más apto seguramente que la propia poesía, para expresar todo lo que, dentro de nosotros mismos, traspasa los horizontes normales, lo que escapa al análisis lógico, lo que se encuentra en las profundidades inaccesibles».
Comentario:
Una exquisita frase de parte del pianista y compositor húngaro Franz Liszt. Aquí encontramos nuevamente una similitud con el pensamiento de Rachmaninoff. La música va más allá de la poesía, es la única expresión artística capaz de tocar el corazón de los que la oyen de una manera misteriosa, encantadora e incomparable.
La música es la llave escondida que lleva a mundos donde la lógica y la razón tienen las puertas cerradas. El arte, a pesar de ser considerada como la más inútil de las inutilidades por el positivismo, es la única capaz de pasar los horizontes de lo ordinario, de romper con las reglas rígidas y heladas del mundo real, y es allí donde destaca la música. La música es para Liszt la expresión suprema del arte.
Como bien dijo Beethoven: “La música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía.” En esto Liszt y Beethoven coinciden. La música puede traicionar a la lógica sin remordimiento alguno, puesto que esta no es su dueña. La música es una revelación sin ataduras, la máximo expresión que va más allá de la realidad, puesto que la música puede realmente comunicarse con nuestra alma.
Frédéric Chopin:
«Nosotros utilizamos los sonidos con el fin de hacer música, como usamos las palabras con el fin de crear el lenguaje».
Comentario:
Y no podía faltar en esta lista una frase del destacado pianista Frédéric Chopin. Como bien dice: la música utiliza sonidos tal y como el lenguaje hace uso de palabras. Los sonidos son los bloques de construcción de la música, es por ello que podemos decir que la música es una especie de lenguaje de corte poético, tal y como lo afirmaba Liszt.
Los músicos hablan un idioma: la música. Por lo tanto, podemos decir que los mejores músicos son aquellos que logran usar los sonidos de manera audaz y precisa, con el fin de llegar al oyente, y tal y como hace un talentoso escritor, cuyo fin supremo es escribir algo que deleite al lector. Pero como bien vimos antes: la música es capaz de traspasar las fronteras comunes. Es la ramificación del arte que más lejos puede llegar. Y he aquí otra frase de Chopin que refuerza esto:
«La música encarna sentimiento sin forzar a que se sostengan y se combinen con el pensamiento, como es obligación en la mayoría de las artes y especialmente en el arte de las palabras».
La música llega a esferas a las que ningún otro tipo de arte o conocimiento puede llegar. ¿Podemos decir que la música es realmente el lenguaje del alma? Podemos aventurarnos a afirmar aquello, claro que sí. Después de todo no existe otra cosa en este mundo que despierte más sentimientos y pasiones que la música.
Vladimir Horowitz:
«Tocado percusivamente, el piano se vuelve aburrido. Si asisto a un concierto y alguien toca de esta manera tengo dos opciones: ir a casa o dormirme. El objetivo es hacer que el piano cante, cante, cante».
Comentario:
Esta frase de Vladimir Horowitz inevitablemente nos lleva a citar otra frase destacada de Liszt:
“El piano concentra y resume en él el arte todo entero…”
El piano es verdaderamente un instrumento digno de admiración. Franz Mohr, su afinador personal, lo sabía muy bien. Con la ayuda de él se han creado las más bellas composiciones tales como el Moonlight Sonata de Beethoven, La Marcha Fúnebre de Chopin, Rondo alla Turca de Mozart e infinidad de otras composiciones que han deleitado a millones de oyentes alrededor del mundo a través del tiempo.
Por lo tanto, tal y como afirma Horowitz, tocar el piano percusivamente es una pérdida de tiempo e incluso un insulto a la capacidad del piano. Como bien dice este talentoso pianista: el objetivo es hacer que el piano cante. Los sonidos son los bloques que construyen la música, uno debe hacer de la música un lenguaje, y el piano es un instrumento perfecto para lograr esto; el vehículo perfecto para navegar por las misteriosas aguas de la música, puesto que en él se encuentra la síntesis perfecta de todo el arte.
Glenn Gould:
«Creo que la única excusa que tenemos para ser músicos y hacer música de cualquier manera, es hacerla de manera diferente, interpretarla de manera diferente, para establecer la diferencia de la música, de acuerdo a nuestra propia diferencia».
Comentario:
Glenn Gould fue un pianista canadiense que logró convertirse en uno de los mayores referentes del piano clásico en el siglo XX, y he aquí una frase de su autoría. Pero no podemos continuar sin antes saber que Glen Gould era un ferviente admirador de Bach, a tal extremo que en alguna oportunidad llegó a decir esto:
«Si tuviera que pasar el resto de su vida en una isla desierta, y tuviera que escuchar o tocar la música de un solo compositor durante todo ese tiempo, ese compositor sería ciertamente Bach».
Como bien dice Glenn Gould, el propósito del músico es ser único, y es aquí donde nuevamente aflora el nombre de Rachmaninoff junto con el de Rubinstein. Un artista, sea este un pianista o escritor, debe ser único tal y como dijo Rubinstein, debe ser también la síntesis de su experiencia, conocimiento, personalidad y esencia tal y como dijo Rachmaninoff. Y es aquí donde unen puntos con Glenn Gould, puesto que él también afirma que la única manera en la que un músico puede justificarse como tal es por medio de la producción e interpretación de la música de manera diferente y propia.
Es que la música es un universo tan poblado e infinito que llamarse músico y no tener un estilo propio debería ser considerado un oxímoron – la diferencia y originalidad en el músico debe ser un mandato sagrado. Puesto que ser músico y tan solo dedicarse a imitar sin tener la más mínima iniciativa por desarrollar un estilo propio es ignorar por completo la naturaleza de la música.
Arturo Benedetti Michelangeli:
«No es una profesión ser pianista y músico. Es una filosofía, una concepción de la vida que no puede ser basada en buenas intenciones o talento natural. Primero y ante todo debe existir un espíritu de sacrifico».
Comentario:
Una interesante frase llena de sabiduría por parte de Michelangeli. Y para este caso es también importante citar otra frase de su autoría:
“La música es un derecho, ¡pero solo para aquellos que la merecen!”
La música va más allá del bien y del mal. Y como bien dice Michelangeli, ser un músico y pianista no es una profesión per sé, va mucho más allá de ello. Ser músico y pianista es ser un estilo de vida y filosofía a flor de piel. La segunda frase se conecta muy bien con la última oración de la frase principal: “(…) Primero y ante todo debe existir un espíritu de sacrifico.” La música es solamente para aquellos que realmente la merecen.
Michelangeli es un gran ejemplo de que la música es una filosofía que va más allá del talento natural, puesto que él fue impedido de estudiar música por un largo tiempo, debido a que sus padres se oponían totalmente a ello. Michelangeli tuvo siempre un ferviente espíritu de sacrificio.
Es aquí donde encontramos una hermosa unión de ideas entre Michelangeli y Rubinstein. Ambos de espíritus resilientes coinciden en que uno, para ser exitoso en la música, debe abrazar a la vida tal cual y tener un espíritu listo para librar la batalla hasta el éxito.
Y graciosamente el “Liszt italiano” también coincide con Beethoven. Beethoven sentencia lo siguiente:
“El genio se compone del dos por ciento de talento y noventa y ocho por ciento de perseverante aplicación.”
Si trasladamos ese pensamiento a la música propiamente, podemos ver que se disimula que la clave del éxito es la constante perseverancia, siendo para esto un requisito indispensable disponer de un espíritu de sacrificio, tal y como da a conocer Michelangeli.
Conclusión
Hemos llegado al final de este artículo. Poner la frase de Michelangeli al final, así como el comentario respectivo enlazando su forma de pensar con otros músicos, tiene un motivo: unir el ideal con la realidad. Tal y como dijo Liszt:
“Todas las artes se basan en dos principios, la realidad y la idealidad.”
Y la música no es la excepción. Y la realidad es que el talento natural no es suficiente, uno ha de sacrificar incontables horas y entregarse sin medida alguna a esta filosofía de vida, si es que uno quiere realmente volverse una estrella en este misterioso universo lleno de desafíos y recompensas.