Pianos Steinway & Sons: Características e historia

El primer piano Steinway & Sons oficial fue fabricado en el año de 1853 y, con más de 150 años de antigüedad, hoy sigue produciendo música y se exhibe en el museo de Seesen, junto a otro piano Steinway & Sons de más de 100 años de antigüedad.

Sin embargo, mucho tiempo antes, incluso previo al nacimiento del nombre Steinway, el fundador de esta multimillonaria empresa había construido ya numerosas cantidades de pianos bajo su verdadero nombre, y el primero de todos ellos ni siquiera fue vendido pues se trató de un regalo. Esta es la historia de ese hombre que, junto a sus hijos, no sólo revolucionaron la industria de la música sino que se inmortalizaron en ella.

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Heinrich Engelhard Steinweg

El 5 de junio de 1812, el carbonero Zaccarias Steinweg y sus cuatro hijos, son sorprendidos por una terrible tormenta allá en las montañas Harz de la Alemania antigua; tras el impacto de un rayo, sólo uno de los hijos del carbonero sobrevive y ese es Heinrich Engelhard Steinweg.

Historia del piano Steinway & SonsCon tan sólo 15 años de edad, Heinrich Engelhard Steinweg se encuentra solo en el mundo puesto que poco antes de la tragedia ocurrida en las montañas ya había perdido a sus otros hermanos mayores y a su madre huyendo de Napoleón. Es por esta razón que a comienzos de 1815 decide  unirse a un regimiento de Braunschweig con la misión personal de expulsar a los franceses del país.

A sólo unos meses de unirse su oportunidad llega y toma parte en la batalla de Waterloo donde, haciendo sonar su corneta, da la señal para iniciar el ataque en contra de las tropas de Napoleón; los Franceses fueron expulsados y Napoleón fue exiliado por el resto de su vida.

Fue por este acto que a Heinrich Engelhard Steinweg le fue otorgada la medalla al valor, por llamar al ataque ante la presencia del enemigo.

Para el año de 1819, Heinrich Steinweg luego de cuatro años de servicio militar se instala en Goslar [1] y comienza a trabajar como aprendiz de un fabricante de órganos de las montañas Harz. Entre sus tareas destacaban tan sólo cambiar los tubos de los órganos y hacer mantenimiento superficial, sin embargo, comienza a interesarse profundamente por la complejidad del instrumento y aquello que causa que “suene”, por lo que dedicó cada viernes a estudiar los ensayos de los organistas para los servicios dominicales. En aquel entonces, no sólo el órgano era un instrumento de teclado común, también lo eran el clavicordio y el virginal por lo que pudo familiarizarse con todas éstas variantes.

Historia de los pianos Steinway & Sons

En 1835 era ley que todos los artesanos pertenecieran a un gremio para poder ejercer, desafortunadamente Heinrich no tenía un título de maestro artesano fabricante de pianos lo que causa que se le cerraran las puertas y no pudiera fabricarlos oficialmente.

piano-steinwayPor ello, se desempeñó como fabricante de armarios en Seesen, no obstante, sus años de experiencia con los instrumentos de teclado le dejaron conocimientos superiores de matemática y física, su habilidad para trabajar la madera y manejar herramientas especiales eran superiores a los de cualquier otro artesano.

El haber reparado y restaurado tantos instrumentos le dejaron una huella en su alma y es ese sentimiento era lo que lo mantenía enfocado en su verdadera meta. Tras el telón comienza a fabricar su primer pianoforte [2]. Utilizando madera de picea[3] y también caoba para la chapa.

Para aquel entonces se había enamorado de Juliane, una joven hija de un fabricante de guantes. Como presente de bodas, regala a su novia el primer piano cuadrado diseñado por él mismo.

Muchos historiadores concuerdan que más que una muestra de amor, este regalo se trató también de su primera estrategia como hombre de negocios, es claro que si el producto que vendes es tan grande y complejo lo que menos deseas es que se rompa en manos de tu primer cliente pues esto significaría que tu reputación se mancharía irremediablemente y tu empresa se vendría abajo antes de nacer. Por otro lado, al tratarse de un regalo de tal magnitud, los lazos con la familia de la novia fueron solidificados a un nivel excepcional.

Para Heinrich Engelhard Steinweg, casarse con Juliane significó tanto prestigio social y ascender en el escalafón social como éxito económico, gracias a su prosperidad económica, Steinweg pudo comprar los derechos de ciudadanía de la ciudad de Seesen, requisito indispensable para abrir un taller de fabricación de pianos.

Fabricación del primer piano Steinweg

Llegando a ser un artesano de pianos oficial, Steinweg no demoró en comenzar a trabajar en su siguiente gran proyecto. De manera meticulosa y con paciencia invierte todo su tiempo en la fabricación de su primer piano de cola el cual vendería por la suma de 300 marcos al Duque de Braunschweig.

Desde este punto nace la visión de los Steinway o como ellos le dicen, su declaración de intenciones: Fabricar el mejor piano de todo el mundo.

Comparado con los otros instrumentos de la época (1836) podría calificarse como un instrumento anticuado, incluso básico, puesto que sólo tenía 6 octavas lo cual era muy pequeño en aquel entonces, no obstante, el trasfondo tras esto es que Heinrich ya había visto muchos instrumentos y en este trabajo no sólo enfocaba su visión de lo que debía ser un piano sino que al mismo tiempo ya intentaba mejorar el concepto actual.

 


piano de cocinaNew York en el Metropolitan Museum of Art[4]

Muchos historiadores concuerdan en que el piano no pudo haber sido construido en la cocina: “¿Qué esposa de la época permitiría a su marido construir un piano en la cocina?” Por lo que se concluye que el piano fue construido en su taller, y que sobrevivió no sólo al traslado de un lugar a otro, sino al paso de los años.

history

A diferencia de los pianos Steinway de hoy en día, no poseía el arpa de hierro fundido de una sola pieza, y en términos técnicos es más similar a un clavicordio, sin embargo, resulta interesante ver como Heinrich fue evolucionando desde su primero piano comercial.

El piano Steinweg de cocina

El Steinweg de cocina fue desmantelado y analizado por el experto en instrumentos antiguos Chris Mana, esto con el fin de reconstruirlo y replicarlo. Obviamente hubo muchos retos por superar como el hecho de que al igual que en todo piano antiguo la caja estaba totalmente cerrada; aunque superficialmente podían apreciarse algunas arpas en la caja de resonancia y pudieron hacerse pruebas, para lograr un resultado real debía verse todo el instrumento en detalle.

Gracias a la experiencia y a la tecnología, los expertos usando ondas de radio lograron observar cara a cara el alma del instrumento y también logrando llegar a los rincones de la mente de un Heinrich decidido a revolucionar la industria de los instrumentos de teclas del siglo XIX.

 

 

 

Piano Steinway de cocinaEn aquel entonces su reputación estaba en un buen punto, podía fabricar los instrumentos de uno en uno, comercializarlos de manera personal con los clientes y al mismo tiempo explotar un mercado en el que realmente no tenía mucha competencia por lo que siempre tendría clientes y un margen de ganancia superior.

Por todas estas razones se cree que la música no era su razón de fabricar el mejor piano en el mundo, su verdadero motivo era el éxito.

Gracias a su previa venta, la demanda de pianos Steinweg supera en creces las capacidades de Heinrich por lo que comienza a preparar a sus hijos a pesar de que algunos solo tuvieran cinco años.

Lamentablemente, su hija Doretta que tenía un gran talento para la música y mucho interés en aprender del negocio familiar, solamente tenía permitido ver a su padre y sus hermanos pues en aquel entonces a las mujeres no se les permitían las labores de artesanía. Gracias a la participación de sus hijos Heinrich pudo producir entre 10 y hasta 12 instrumentos en el lapso de un año.

Para el año de 1848 se producen conatos de revueltas en distintas partes de Europa, el movimiento de marzo se revela en contra del gobierno de la restauración pero es derrotado brutalmente.

Emigración a Estados Unidos

A causa de esta tensión política, el hijo de Heinrich, Charles H. Steinway se ve obligado a emigrar a Estados Unidos. Una vez instalado comienza a contactar con los otros Alemanes inmigrantes y se instala en la comunidad Alemana en New York.

William SteinwayTras seis semanas de silencio Charles escribe a su familia dándoles las buenas nuevas e informando de las posibilidades de trasladar el negocio familiar al nuevo mundo. Charles veía a New York como una oportunidad dorada para el fabricante de pianos, e incluso ya estaba trabajando como ayudante para uno en ese momento quien le pagaba generosamente.

La música en familia era parte de la cultura americana para ese entonces, y el negocio se encontraba en su apogeo ya que cada familia norte americana quería tener un piano en su casa si no es que ya lo tenía.

Tras recibir aquella noticia, Heinrich supo inmediatamente lo que debía hacer. Había un clima inestable a nivel político en Alemania y las inversiones representaban más un riesgo que una oportunidad para expandirse. Él vivía en una pequeña comunidad mientras que su hijo ya estaba instalado en la ciudad del nuevo mundo, como hombre de negocios que era no tuvo que considerarlo mucho.

Henry SteinwayPor una parte podía quedarse en Harz y seguir haciendo los pianos en su casa para luego trasladarlos a otro lugar lo cual implicaba gastos tras gastos que al final le drenaban todas las ganancias puesto que Alemania no fomentaba el libre comercio para aquella época sino todo lo contrario. La otra alternativa era emigrar a un mundo nuevo. Heinrich era ambicioso.

El 28 de mayo de 1850 los Steinweg, todos excepto Christian Friedrich Theodor Steinweg, se embarcaron en el primer transatlántico Alemán, les toma todo un mes llegar a los Estados Unidos.

La idea era que C. F. Steinweg continuara con el negocio familiar en Alemania mientras que el resto de la familia se expandía en el nuevo mundo.

Primeras experiencias en Estados Unidos

Los Steinweg se instalaron en un pequeño apartamento de la pequeña Alemania[5] como a todo inmigrante, a la numerosa familia se les hizo difícil acostumbrarse a la poca luz y el poco espacio de su nueva casa, no obstante, su determinación como familia de negocios les impulsó a vivir humildemente y guardar su capital para una futura inversión en el momento oportuno.

Piano steinway cuadradoEn aquel entonces, el enclave Alemán contaba con alrededor de 600.000 habitantes, siendo el tercer lugar del mundo con mayor población Alemana; desde vendedores de bretzels, repollo e incluso clubes de armas, los Alemanes hicieron suya esa parte de New York, uniéndose en pequeños o grandes grupos y formando alianzas y sociedades con el objetivo de levantar una economía.

Sin embargo, 3 años después de su llegada comienzan las huelgas y la economía sufre un declive. Los hermanos Steinweg se encuentran sin trabajo mientras que Heinrich gana muy poco como ayudante de un fabricante de pianos. Ante este escenario advierten a C. F. Steinweg que emigrar a los EE.UU. no es conveniente en tal momento y que lo mejor que puede hacer es permanecer en Alemania atendiendo el negocio familiar.

Aunado a eso, las personas morían de enfermedades pulmonares a causa del clima terrible que se vivía en aquel entonces, sobre todo para los inmigrantes. El escenario no era nada alentador.

Aun así, al igual que cuando estuvo de cara a las tropas de Napoleón, Heinrich hace uso de sus mayores dones: su determinación y su visión del éxito. Con 55 años Heinrich Engelhard Steinweg sobrevivió a mucho, lo perdió todo y también lo ganó todo. Y si algo había aprendido como hombre de negocios es que el mejor momento era el ahora.

Steinweg se convierte en Steinway

Siguiendo el consejo de amigos empresarios, Heinrich decide americanizar su marca por lo que su apellido se convierte en Steinway, luego, en marzo de 1853 con un contrato verbal y un capital de alrededor de 6000 dólares, Heinrich E. Steinway adquiere un pequeño ático en la poco conocida calle de Varrick y, junto a sus hijos, fundan la empresa familiar Steinway & Sons.

El instrumento de los inmortalesDesde el inicio las mujeres estuvieron allí ayudando a los hombres, se encargaban de las labores de la casa, la comida, limpiaban lo que los hombres ensuciaban pero Steinway & Sons era un negocio de hombres.

Doretta daba clases de piano, pero los historiadores saben que nunca trabajó como tal en la empresa. De hecho, no existen registros de su nombre en la nómina de la compañía. Aunque probablemente tenía acciones de la empresa, lo más seguro es que nunca haya trabajado allí.

Tanto así es el carácter de los Steinway que una anécdota de las siguientes generaciones se ha hecho famosa. Pues un día la hija de uno de los patriarcas Steinway quien veía poco a poco como sus hermanos se unían a la fábrica de la familia, tras cumplir la mayoría de edad se acercó a su padre y le preguntó: ¿Cuándo comenzaré yo a trabajar en el negocio familiar? A lo que su padre la acercó hasta el piano y le dijo: Abre la tapa del piano, dime, ¿qué dice? Steinway & Sons, por favor, no me avergüences. No hay mujeres trabajando en Steinway & Sons; incluso mi secretario es un hombre. Cierra la tapa del piano y olvídalo”.

El gran despegue de la empresa familiar se produjo en 1855 en la exposición del Crystal Palace que se había construido específicamente para la feria. En esa exposición los pianos Steinway recibieron un premio y fue a partir de allí cuando los ingresos se dispararon.

Primeras ventas de pianos Steinway

Para el año de 1854, habían vendido alrededor de 70 pianos, en 1856 la cifra superó los 200 pianos; para el año de 1857 los Steinway vendieron más de 400 pianos. Les tomó menos de diez años pasar de la nada a fabricar más pianos que nadie en todo el mundo para cuando ya tenían la gran fábrica[6].

«He tenido el enorme privilegio de visitar las dos fábricas de Steinway, la de New York y la que está en Hamburgo. Las personas que trabajan allí realizan un trabajo muy detallista, es un gran monstruo, es decir, es enorme. Pero en cuánto comienzan a trabajar es como si lo hicieran en un reloj Suizo […] todo es tan detallado, tan preciso, como si estuvieran haciendo un objeto mucho más pequeño. No te imaginas, cuando entras a la fábrica, que están construyendo un piano, ¡semejando monstruo!; y ese trabajo de precisión se traslada al sonido»

“Realizamos múltiples afinaciones, múltiples regulaciones, múltiples pruebas y múltiples ajustes; Así que se puede decir que es todo un proceso de refinamiento, a medida que el piano viaja al final de la cadena, nosotros trabajamos a conciencia en el piano, intentamos extraerle hasta el último gramo de tono, mimamos al martillo, le sacamos todo lo que podemos”[7]

Henry Steinway Jr.

Durante los primeros años, Henry Steinway Jr. era el cerebro de la compañía, C. F. Steinway se encontraba en Alemania y compartía correspondencia con Steinway & Sons de New York, había intercambio de ideas tanto para mejorar el instrumento como para seguir expandiéndose como empresa, sin embargo, fue Henry Steinway Jr. quien registró las patentes y realizó los más grandes avances a nivel de ingeniería, siendo uno de ellos el armazón ultra resistente de una pieza de hierro fundido.

Fábrica de pianos Steinway en HamburgoFue esta invención la que marcó el antes y el después de los pianos, y por supuesto lo que diferenciaba a un piano Steinway de cualquier otro piano en el mundo en aquel momento. Fue el primer instrumento en presentarse con un armazón de hierro fundido de una sola pieza, esto ocurrió en 1867 y desde entonces marcaron la historia.

Antes de ellos no existían este tipo de pianos y, hoy en día, no se puede concebir un piano de cola que no tenga un armazón de hierro fundido de una sola pieza. Steinway fue el primero y tiene la patente.

Henry Steinway tenía una máxima en aquel momento o, como le decían originalmente cuando estaban en Alemania, “la declaración de intenciones” y la ha transmitido a todos los herederos de Steinway & Sons sean o no parte de su línea de sangre: construir el mejor piano del mundo.

Pero una cosa era construirlo y algo muy diferente era venderlo. Steinway necesitaba de una estrategia publicitaria poderosa, tan abrumadora como lo era su instrumento y Henry, en su sabiduría inmensa de hombre de negocios sabía en qué dirección tenía que ir, pues, para aquel entonces firmó para Steinway a todos los compositores y concertistas de piano más reconocidos para usarlos como medio y así anunciarse.

 

 

La gente sabe que si a un músico importante le gusta el instrumento entonces ese instrumento debe ser de gran calidad, la aristocracia como la reina de España, el sultán de Turquía el rey de Suiza les piden consejos a ellos para comprar su instrumento, los artistas usaban esto para hacerse publicidad y simultáneamente promocionaban los pianos Steinway & Sons, sin embargo, la estrategia de Henry superó con creces sus expectativas pues los artistas comenzaron a elegir los pianos Steinway por encima de todos los otros no por cuestión de negocios sino por convicción.

Construcción del Steinway Hall de New York

Por lo que usando las recomendaciones de sus nuevos aliados Steinway & Sons construyó el Steinway Hall que contaba con 2000 asientos; era allí donde se celebraban los conciertos pero, para poder llegar a la sala, el Hall estaba construido de manera que todos los visitantes tuviesen que pasar primero por distintas salas de exposición en los que se exhibían los pianos, lo cual aumentaba por supuesto el nivel de publicidad.

Arpas de pianos Syeinway en la fábricaPara celebrar la inauguración del Steinway Hall los Steinway ofrecen una recepción donde los invitados son importantes personalidades de la escena musical de New York y sobre todo de los medios de comunicación. Es después de éste evento que el New York Times publicó: “Los Steinway pueden estar orgullosos porque poseen el negocio de pianos más asombroso del mundo entero”.

Fue así como Henry E. Steinway ingreso por la puerta grande a las altas esferas sociales de New York y el mundo, amasando una riqueza considerable en conjunto con sus hijos.

La capacidad de Henry E. Steinway para convertir su visión en realidad fue siempre gracias a su tenacidad; y es esa misma tenacidad la que transmitió a sus hijos pues fue William Steinway quien llevó la empresa familiar al siguiente nivel. A los 67 años Henry E. Steinway ya había cumplido todas sus metas de vida, riqueza, éxito, renombre y, sobre todo, una vida mejor de la que él tuvo para sus hijos. Convirtiéndose en un ejemplo claro del sueño americano hecho realidad.

William Steinway

Desafortunadamente, lo que parecía ser una felicidad inquebrantable se vino abajo cuando el 11 de marzo de 1865 Henry Jr. muere de tisis con tan sólo 35 años de edad.

Lo peor de todo es que aquel paisaje negro se pondría peor para los Steinway poco tiempo después. En abril, el presidente Lincoln es asesinado y como patriota Henry va a rendir sus respetos, cuando vuelve a su casa recibe la noticia de que su hijo Charles H. Steinway también ha muerto; se había ido a visitar a su hermano en Alemania y allá contrajo fiebre tifoidea, su cuerpo es repatriado a New York y enterrado en el panteón familiar junto a su hermano.

La muerte de sus hijos, con tan pocas semanas de diferencia, fue un golpe demasiado duro para Henry, sobre todo por ser inmigrante. Al ver como su familia se veía tan reducida en número decidió acudir a su hijo C. F. Steinway para que viniera como refuerzo.

Es William Steinway ahora el encargado prácticamente de todo el negocio familiar, desesperadamente le escribe a su hermano solicitando ayuda pero estaba consciente de que su hermano no podía abandonar Alemania pues estaría abandonando el negocio próspero que poseían y que tanto lo necesitaba.

C. F. Theodore Steinway llega a New York

Sin embargo, la disciplina familiar los une aún más como socios y como hermanos, pasadas tres semanas de intercambiar correspondencia C. F. Theodore Steinway llega a New York y se reúne con su hermano. Juntos resuelven cuál debe ser la dirección correcta y la mejor estrategia para abordar con nuevas energías la compañía.

Theodore inventa nuevos mecanismos para mejorar los pianos de cola mientras que William reconoce exactamente cómo llevarlos al mercado para poder venderlos. La alianza no hace otra cosa más que impulsar más allá de su imaginación el ya rotundo éxito del negocio familiar nuevamente.

La concepción del piano que C. F. Theodore Steinway tenía era diferente de muchas maneras a los Steinway tradicionales a los que la gente estaba acostumbrada en New York, no obstante, las capacidades de marketing de William lo convertían en un experto para vender este nuevo concepto. Juntos no sólo cambiaron la manera en que se hacían los pianos sino también la forma en que se vendían. Teniendo un producto que ya se había comprobado que era de calidad, además de la forma innovadora en cómo llegaba al público; al final consiguieron una alianza cuyo todo que era mayor que la suma de sus partes.

En 1870 Steinway construye un impresionante palacio villa en Queens, esta vivienda no sólo se convierte en un punto de encuentro para una familia que no ha hecho más que aumentar en número, sino que también sirve para llevar a cabo reuniones sociales con las que se afianzaban alianzas de negocios.

El último propietario legítimo de la mansión Stenway fue Michael Halberian, quien murió en 2010.

«Yo nací aquí en la mansión Steinway. Cuando mi padre supo que estaba en venta vino, entró y recorrió cada habitación como 10 veces, desde el sótano hasta el ático; cuando terminó, estaba cansado y jadeando y le dijo al hombre: –La quiero, consíguemela, y así fue como la obtuvimos». Michael Halberian

En 1863, los disturbios raciales la ciudad de Manhattan habían convertido la ciudad prácticamente en una zona de guerra, las huelgas entorpecían la producción de pianos y, cuando el sindicato de la industria de fabricación de muebles decidió ir por la industria de los pianos sabían que Steinway & Sons era el más importante, el nombre que tenían que someter.

En ese entonces, a William Steinway le sorprendió, ofendió y escandalizó muchísimo; el trataba a sus trabajadores como si fueran parte de su familia, era un hombre que se sabía su patrón y por ello actuaba como lo haría una figura paterna.

Para aquel entonces William tenía una casa en el campo y fue entonces cuando supo lo que tenía que hacer. El negocio familiar de los Steinway había comenzado en el taller de su casa, él tenía a su disposición la tierra, el agua, los recursos económicos y la voluntad para volver a sus raíces; así que tomó la decisión de trasladar la fábrica desde Manhattan hasta el patio de su casa en Bawari Bay en Queens. Pieza a pieza comenzó a mudar Steinway & Sons e incluso hizo un túnel[8] para este fin.

La fábrica de Steinway en Queens

Con el fin de alejar a sus obreros del conflicto y para beneficio de la empresa, Steinway levantó su propia villa, construyó gimnasios, bibliotecas, su propia oficina postal, piscina pública, un parque de diversiones y alojamientos para los obreros y muchas de esas edificaciones siguen en pie. Recorrer las calles en busca de estos vestigios nos confirma que en aquella época esa fue la realidad para muchas familias. Las calles ahora se identifican con números, pero muchas casas conservan los nombres originales que Steinway decidió para aquel entonces cuando se levantó la villa.

Los Steinway pagaban el colegio en la ciudad e incluso subsidiaban las clases de música y alemán, de hecho, el alemán sigue siendo el primer idioma en las fábricas Steinway & Sons.

Steinway & Sons Hamburgo

En 1880 los Steinway deciden conquistar el mercado Europeo y para ello inauguran la fábrica en Hamburgo, Alemania. Es C. F. Theodore Steinway el que asume la presidencia de ésta fábrica pues desde hacía ya tiempo quería volver a Alemania. Desde ese punto decidieron que la fábrica en New York abastecería a todo el continente americano mientras que Hamburgo se encargaría del resto del mundo.

Obviamente existen diferencias entre los pianos que se fabrican en ambas fábricas aunque se trate de la misma empresa. Los distintivos van desde el acabado y satinado hasta los más profundos detalles como diferencias en el sonido.

Para Steinway & Sons es un privilegio poder brindar a los clientes esa variedad, e incluso hay modelos que sólo se pueden comprar en Hamburgo y otros que sólo fabrican en New York.

Pianos Steinway fabricados en Hamburgo:

  • Pianos de cola: S-155, M-170, O-180, A-188, B-211, C-227, D-274
  • Pianos verticales: V-125, K-132

Pianos Steinway fabricados en Nueva York:

  • Pianos de Cola: S (5′ 1″), M (5′ 7″), O (5′ ?10 3?4″), A (6′ 2″), B (6′ ?10 1?2″), D (8′ ?11 3?4″)
  • Pianos verticales: 4510 (45″), 1098 (46 1/2″), K-52 (52″)

Modelos de pianos Steinway & Sons

Steinway en la segunda guerra mundial

Durante la segunda guerra mundial, a Steinway & Sons les prohibieron seguir fabricando pianos puesto que estos no estaban considerados como material estratégico, a diferencia del cobre que se usaba para las cuerdas. EE.UU. utilizó todo el cobre que pudo obtener durante la guerra, es por ello que algunos pianos tienen enrollado de cuerdas de hierro, sobre todo en la base para darles peso; estos pianos con estas características se les conoce como los pianos de la guerra.

La madera también era un material al que se le daba prioridad en la fabricación de las culatas de las armas e incluso a Steinway & Sons se le pidió en un momento que fabricara ataúdes, sin embargo, el patriarca de aquella época que tenía a cuatro de sus hijos luchando en la guerra decidió que no fabricaría ataúdes pues sentía que estaba enterrando a sus hijos.

Steinway & Sons fabricó aeroplanos para la guerra, también fabricaron alrededor de 2000 pianos encargados por el gobierno[9]; eran pianos verticales muy pequeños de un tono verdoso muy similar a los uniformes militares. Eran embalados con un juego de herramientas para afinar en una pequeña caja y se enviaron a todas partes del mundo.

Luego de sobrevivir a la segunda guerra mundial, Steinway & Sons se enfrentaron a muchos otros enemigos, y más que sólo a la empresa del piano en general. Han sido muchas las veces que se había dicho que el fin del piano había llegado. Sucedió en la década de 1920 cuando aparecieron la radio y las pianolas. Lo mismo con la llegada de la televisión o como sucedió en la década de 1950 cuando aparecieron los pianos eléctricos. Sin embargo, al día de hoy ningún instrumento que haya tratado de imitar o derogar al piano ha conseguido tener éxito, por otra parte, en Steinway & Sons nuevas técnicas se ponen a prueba, la perfección es el límite e incluso si el mejor piano del mundo es un Steinway, la meta de la empresa familiar sigue vigente por lo que superarse día a día también es parte de la declaración de intenciones.

En 1871, y luego de 74 años, Heinrich E. Steinway luego de haber inmortalizado el nombre de su familia en la industria de la música fallece en su cama, comenzó su viaje como un huérfano de las montañas Harz, no obstante, lo culminó junto a su esposa, hijos y nietos; dejando un legado que hasta el día de hoy perdura y que de seguro perdurará mientras haya música en el mundo.

Características de los pianos Steinway & Sons

Cuando hablamos de un piano Steinway & Sons nos referimos a 12.116 piezas individuales ensambladas a mano, puesto que en las fábricas Steinway & Sons ningún proceso en la construcción de estos instrumentos es realizado por una máquina o de forma automatizada. Es cierto que con los avances en la ciencia y la tecnología las herramientas modernas se han introducido a Steinway & Sons, sin embargo, aunque se usa el mismo plano para la construcción de una serie de modelos, es la mano de obra del hombre lo que le da a cada piano su propia personalidad. Esto aunado a los métodos de ensamblaje desarrollados por el mismísimo Heinrich Engelhard y sus hijos a lo largo de los años en los cuales administraron el negocio familiar.

 

 

Las piezas de madera por supuesto son inspeccionadas por un ojo crítico experto para garantizar que sólo la madera de mejor calidad sea usada en la construcción de los pianos, además, la madera se deja secar al aire por períodos que abarcan casi los 12 meses y luego secada al horno para prevenir grietas y deformaciones. Al final, alrededor del 70% de la manera que llega a la fábrica es descartada para la elaboración de los pianos Steinway.

Es sólo entonces cuando comienza el primer paso y uno de los más dramáticos si se quiere en la construcción de un piano Steinway & Sons: la estructura.

Estructura de un piano Steinway

En total se pueden usar hasta 18 láminas de madera de roble duro de grano recto (9 exteriores, 9 interiores) las cuales son perfectas para resistir la tensión al doblarse sin que se rompan. Además, los Steinway descubrieron que éste método de láminas de grano recto no sólo incrementaba en un 47% el desarrollo y flujo de las vibraciones sino que le daban a la caja una fuerza, durabilidad y ese sonido único que sólo tienen los pianos Steinway & Sons, dicho procedimiento fue patentado en 1880. Las láminas de unos 7 metros de largo se bañan en pegamento para luego llevarse a otra de las invenciones Steinway patentada también en el mismo año, ésta perteneciente al mayor de los hermanos: Christian Friedrich Theodor Steinway, quien patentó además otros 44 procedimientos, máquinas y piezas.

La prensa en forma de caja es la encargada de moldear las 18 láminas, esto es posible gracias a las 38 abrazaderas y 24 tirantes alrededor del torno que comprimen las láminas por un lapso de 24 horas consecutivas. Pasado este tiempo, la caja se retira y es llevada a un cuarto de acondicionamiento para que se seque y donde permanece varios meses descansando del estrés que la presión produjo sobre la madera.

Clavijero HexagripLa plancha de descanso, el refuerzo de la caja y el clavijero están compuestos de siete láminas comprimidas de madera dura de roble. A ésta sólida constitución se le suma también otra de las características únicas de los pianos Steinway patentada en 1963: el clavijero Hexagrip, el secreto de esta invención radica en el grano de la madera y la forma en la que están pegadas las 7 capas; el grano de cada capa se coloca a 45º con respecto al grano de la siguiente. Como resultado, el pin de afinación queda sujeto más firmemente a los granos de la madera. Mientras más apretado sea el agarre al pin, mayor será el tiempo que el piano pase afinado. Además la madera de roble es la mejor para soportar los embates del clima como lo son la humedad.

Por otra parte, tenemos la caja de resonancia cuya madera es distinta a la que ya hemos mencionado antes ya que es elaborada a partir del árbol de crecimiento lento abeto, que sólo se encuentra en el noroeste de Alaska y que se caracteriza por sus siempre frondosas hojas verdes.

Es por su rareza que Steinway & Sons usa su criterio experto a la hora de seleccionar, pues tiene maravillosos granos que recorren en línea recta lo largo de las piezas de madera. Nada se acerca a las cualidades acústicas de esta madera y el mismo Steinway lo descubrió en el año de 1835 cuando construyó el piano que posteriormente regalaría a su esposa.

Pero como hablamos de Steinway & Sons, ellos no se conforman con lo mejor, sino que siempre van un paso más allá que los lleve lo más cerca posible de la perfección.

Es por ello que para amplificar las propiedades asombrosas de la madera de Abeto, sin descontinuar la técnica descubierta por el fundador Henry E. Steinway, hoy en día añaden una de sus invenciones signaturas obteniendo como resultado algo que sin duda resulta ser mayor que la suma de sus partes: La caja de resonancia diafragmática.

La tabla armónica diafragmática

El primer paso es colocar el paño diafragmático el cual permite a las vibraciones viajar libremente a lo largo del grano de la madera y hasta el centro, moviendo así más aire al tiempo que incrementa el sonido y lo proyecta.

Los puentes de la caja de resonancia están hechos de láminas de madera dura de roble al igual que la estructura principal, éstos son los encargados de transmitir la resonancia y si no fuera por ellos el piano no sonaría. Son pesados y doblados específicamente para el piano al que están destinados y las muescas son hechas a mano con extrema precisión.

Este nivel de detalle es el que permite a un piano Steinway vibrar de forma más libre, produciendo así un sonido rico, cálido y de mayor resonancia por mayores períodos de tiempo de manera sostenida.

El alma de un piano es la caja de resonancia y Steinway & Sons no construye éstas según el criterio de nadie más que no sean ellos mismos. Aunque la madera sea en extremo rara y escaza, Steinway inspecciona repetidas veces las piezas y por lo general sólo el 50% de la madera de abeto supera los rigurosos exámenes del equipo de expertos en Steinway, garantizando así que cada piano será construido con la mejor materia prima posible.
Es aquí donde llegamos a una de las piezas más imponentes del piano: El plato o arpa.

Fecha de fabricación de pianos Steinway

Esta enorme pieza hecha con el mismo hierro que se usa en las campanas es colocada sobre la caja de resonancia diafragmática. Esta gran pieza también consta de un muy importante detalle que ayuda a identificar la edad del piano y es el número de serie.

Ubicado hacia la parte del teclado y cerca de los pines de afinación se puede apreciar no sólo la letra que identifica al modelo del piano Steinway (S, M, O, A, B, C, D) sino también una secuencia de número que puede contar con 3 o 6 dígitos no necesariamente consecutivos. De acuerdo al número, se puede determinar en qué año fue fabricado el piano usando la siguiente tabla de referencia:

Edad de los pianos Steinway

Es tan importante la integridad de ésta pieza que Steinway & Sons fabrica todos sus platos en su fundición de acuerdo a las dimensiones específicas del piano, también son pintados de color bronce, laqueados y decorados con el logo y nombre de la familia, todo este trabajo es por supuesto hecho a mano. La razón de que sean tan pesados es porque deben soportar toneladas de tensión por parte de las cuerdas, llegando hasta las 23 toneladas.

Son éstas grandes y pesadas piezas las que llenan la panza del piano, tras muchas horas de dedicación y extrema precisión el piano pasa a la siguiente fase de ensamblaje.

El siguiente paso a la hora de ensamblar un piano Steinway son las cuerdas, las mismas son de acero inoxidable azulado, siendo el acero Suizo el preferido por Steinway la mayoría del tiempo y que además es el mismo material que se usa en los pines. Para los bajos se recubren las cuerdas de acero con cobre puro.

El método tradicional de colocar las cuerdas a mano se combina con la tecnología para las tres cuerdas que componen cada nota de un piano Steinway. La longitud de las cuerdas obviamente dependerá del tamaño y modelo del piano, siendo que la más larga de todas pueda llegar a medir 201 cm.

En 1872 Christian Friedrich Steinway patentó la escala dúplex. Con ésta tecnología lograron que las secciones oscilantes de las cuerdas, tanto al frente como atrás que en aquel entonces no eran más que zonas muertas también resonaran. El resultado es ese característico rango largo que todos los pianos Steinway poseen.

 

 

Las teclas de los pianos Steinway están hechas de madera de Bavarian Spruce y ha sido así desde 1950 cuando se tomó la decisión de no seguir usando el marfil de los cuernos de elefante. Los martillos por supuesto son elaborados en las mismísimas fábricas Steinway and Sons con fieltro y madera usando una prensa para forzar al fieltro a adquirir el espesor adecuado y luego ensamblando los martillos en el mecanismo del teclado.

Otro de los importantes agregados signaturas en los pianos Steinway son las pequeñas bases con forma de semi círculos que se ubican debajo de las teclas. Esta peculiar forma fue diseñada para que en el momento en que la tecla deja de ser presionada, ésta vuelva inmediatamente a su posición original. A esto se le conoce como mecanismo de acción acelerada.

Cada tecla es puesta a prueba durante un largo período de tiempo una vez que todo el piano ha sido ensamblado, la discrepancia de cada una se mide luego de este proceso, cada cuerda debe sonar de la misma forma, es por ello que acorde a las necesidades, los martillos se perforan con una aguja triple hasta conseguir el sonido perfecto, aquí destaca no un componente mecánico e inanimado de los pianos Steinway sino el factor humano.

Los pedales en un Grand Steinway son tres, y están hechos de latón reforzado en una aleación de zinc y cobre y cumplen tres funciones específicas:

  • Pedal de sostenido: Otros nombres para el pedal de sostenido incluyen «pedal derecho» y «pedal fuerte». Este pedal, cuando se presiona con el pie, levanta los amortiguadores lejos de todas las cuerdas a la vez, permitiendo de esta manera que las cuerdas vibren sin obstáculos. El pedal de sostenido permite al pianista conectar los sonidos de las notas de una manera fluida. Además, el pedal de sostenido permite que todo el conjunto de cuerdas vibre desde la energía que se libera por las cuerdas al ser golpeadas por los martillos. En los pianos de cola Steinway, el pedal de sostenido normalmente se encuentra en el lado derecho del grupo de pedales.
  • Pedal Suave: También llamado una corda (que traduce “una cuerda”). El pedal suave en los pianos de cola desplaza todo el mecanismo hacia la derecha para que los martillos impulsados por las teclas impacten una sola cuerda. El resultado es un sonido más suave (llamado pianissimo). En los pianos de cola Steinway, el pedal suave normalmente se encuentra en el lado izquierdo del grupo de pedales.
  • Pedal de sostenuto: El pedal de sostenuto es un tipo de pedal de sostenido pero en lugar de alejar todos los martillos de las cuerdas, este pedal suspende los martillos sobre las notas que están actualmente por las teclas en el teclado, permitiendo a las manos soltar las teclas pero mantener el sonido. En los pianos de cola Steinway, el pedal de sostenuto normalmente se encuentra entre el pedal suave y el pedal de sostenido.

Más allá de las 12.116 piezas

Walter “Wally” Boot es sin duda el alma de la fábrica Steinway and Sons en New York, ningún piano sale de la tienda sin antes haber pasado por sus manos y así ha sido desde hace 47 años.

«Mi labor consiste en igualar el tono, tomo el piano cuando ya está listo y lo afino antes de enviarlo a la casa de alguien[…] lo escucho, lo toco, hago que tenga un sonido uniforme hasta que estoy contento, si yo estoy contento sé que el cliente estará contento […] Me encanta trabajar en Steinway, es mi vida, llevo 47 años aquí, me llaman tío Wally porque llevo mucho tiempo aquí […] cuando el piano llega aquí a mis manos parece un piano, cuando el piano sale de aquí suena como un piano, yo pongo amor en ese piano».

Cada fábrica de Steinway & Sons produce según una visión, la misma que tenía Heinrich cuando comenzó: Fabricar el mejor piano del mundo.

Y con eso en mente, hoy fabrican más de 2000 pianos al año, sin embargo, a pesar de llevar el mismo nombre y el mismo legado, cada piano Steinway es diferente el uno de otro, y esto se debe principalmente a que hay un pedazo de alma de cada uno de los involucrados en su ensamblaje.

Fabricar un piano Steinway lleva alrededor de un año, sin embargo, el piano más costoso en términos de dinero es el Steinway Fibonacci Grand Piano con el que se conmemoró la fabricación del piano número 600.000. Dicha pieza de arte tomó 4 años en terminarse y está valorado en 2.4 millones de dólares.

La mente detrás de ésta obra es Frank Pollaro, además de por supuesto todo el equipo de trabajo de Steinway.

«Cuando me hicieron el encargo sabía que no se trataba de un piano más, sino que tenía que transmitir un mensaje más profundo que conectara con la historia de la compañía. En otras palabras: tenía que crear una obra de arte para los ojos y para los oídos».

Esto demuestra otras de las características de los pianos Steinway, y es esa sensación de grandeza abrumadora que infunden en los corazones de quienes escuchan sus notas en manos virtuosas, o de quienes los ven a escasos metros de distancia.

Pero si hablamos de tiempo, grandeza y valor hay que decir que Steinway & Sons ha reconocido el trabajo de un hombre como una pieza oficial de la familia Steinway. Y que el costo monetario de esa pieza actualmente se encuentra en el limbo de incalculable por lo peculiar que es.

“La música es un lenguaje que no tiene barreras, es un estado sin fin de la creatividad[…]Al crecer siempre soñé con ser un artista, mucha de la inspiración que obtuve fue gracias a las revistas que compraba mi padre[…]Leonardo, Miguel Ángel; este último me inspiraba mucho porque era un diseñador, un arquitecto, un inventor, trabajaba con cosas que eran mecánicas, muy precisas y definidas y sin embargo, creativas[…]En 1992 estaba en Washington y conocí a algunas personas que me contaron sobre un Steinway en particular llamado The White House[…]Cuando lo vi no podía creerlo, tenía todos estos elementos de creatividad y muchos eran muy pequeños”

Siguiendo la tradición que su padre comenzó el día que le dio el regalo de bodas a su esposa, los Steinway tienen alrededor del mundo muchos pianos signatura que simplemente fueron un regalo. El Steinway The White House hecho por la compañía a Theodore Roosevelt; fue pensado para demostrarle al pueblo americano lo importante que para ellos había sido el integrarse a la sociedad y crecer como empresa desde sus inicios cuando en 1853.

The White House tiene un claro tema norte americano, varias águilas, pinturas en marcos a los lados de la estructura eso sin mencionar la hermosa pintura de America Receiving the Nine Muse (America recibiendo a las nueve musas) de Thomas Wilmer Dewing.

“No hay manera de que si quiera imaginara cuando comencé, o incluso a medio camino de que esto me tomaría 16 años. El problema es que hay miles y miles de procesos y consideraciones; todo lo que debía hacerse en la fábrica paso por paso yo tenía que hacerlo también paso por paso porque si ellos no podían obviarlo entonces yo tampoco podía […] Tuve que construir mi propia fábrica literalmente, debía hacer mis propias herramientas[…]La máquina para las láminas por ejemplo, me tomó seis meses construirla, lo mismo con la prensa, otros seis meses; así que en total invertí un año para hacer un trabajo que a ellos les tomaba un máximo de dos días”.

Existen alrededor de 12.000 piezas en un Steinway Grand Piano y Paul Gentile replicó todas y cada una de ellas en escala 1:7 para lograr construir el Steinway White House; dicha labor le tomó más de dieciséis años de meticuloso trabajo en los que muchas veces pensó abandonar, no obstante, si hay algo que los Steinway de alma tienen y los caracteriza es determinación, y fue eso mismo lo que impulso a Paul Gentile hasta el punto de lograr su cometido. Una pieza de arte invaluable, sin igual y que es oficialmente un Steinway.

Pero, ¿Qué es lo que realmente define a un Steinway & Sons piano del resto y que lo hace destacar de entre todos los demás?

Más allá de todo lo antes mencionado, para obtener una respuesta real y sobre todo absoluta a ésta interrogante, lo correcto entonces es entrar en el piano y en las mentes de quienes lo construyeron.

La única forma de lograr tal hazaña a través de la palabra escrita es analizar con detenimiento el esfuerzo que Steinway & Sons hizo a lo largo de los años para asegurarse que sus pianos fueran únicos.

Tales logros han sido conseguidos gracias a la visión que desde el primer día Heinrich Engelhard Steinweg tuvo, ni las guerras, ni el declive económico, ni la enfermedad, y tampoco la muerte han podido detener la inmensa maquinaria que es Steinway & Sons, cada día se reinventan, innovan y con temple decidido abordan las dificultades. Y es esa resolución capaz de vencer incluso el paso del tiempo lo que define la principal característica de un piano Stenway & Sons: Un sonido que perdurará para siempre.

Referencias

[1] Goslar es una ciudad perteneciente al estado federado de Baja Sajonia (Alemania).
[2] Los PianoFortes son unos instrumentos musicales de cuerda percutida con teclado, instrumento intermedio entre el clavicordio y el piano del siglo XIX. Según algunos autores, hay que distinguir el fortepiano de su sucesor el piano-forte (piano actual).
[3] La Pícea de Sitka es muy apreciada para la construcción de instrumentos musicales. El nombre de esta pícea proviene de la localidad de Sitka, Alaska.
[4] Museo de Arte Metropolitano de Nueva York.
[5] Kleindeutschland, la pequeña Alemania de Nueva York se encontraba y aún se pueden ver sus vestigios en el Lower East Side de Manhattan.
[6] Para 1860 Steinway había construido una fábrica en Park Avenue entre la 52 y la 53 que es el actual sitio del Seagram Building.
[7] Vice President, Manufacturing – Steinway & Sons.
[8] Hoy en día el túnel Steinway transporta a los trenes del servicio 7 del subterráneo de la ciudad de Nueva York bajo el East River entre la Calle 42 en Manhattan y la Avenida 51 en Long Island City, Queens, en la Ciudad de Nueva York.
[9] El número exacto de estos ejemplares especiales fue 2436 y se les conoció como los Victory Vertical o G.I Piano.

Sobre el autor: Prof. Hugo Landolfi

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  1. Steinway & Sons desde 1853; ha obtenido126 patentes, consagrándose como el mejor constructor de pianos del mundo.
    Todas las demás marcas siguen al referente Steinway & Sons, todos los pianos Steinway & Sons son una obra de arte artesana, cada piano es único, sea vertical o de cola, son obras maestras.
    Un piano Steinway & Sons consta de más de 12.000 piezas, cada pieza construida con el mejor material posible.
    El sonido de Steinway es único, y ofrece una libertad expresiva infinita al pianista, por eso todos los grandes pianistas solicitan un Steinway cuando van a realizar conciertos.
    Un piano Steinway & Sons es, además, una inversión. Como toda buena obra de arte artesana, con el tiempo su valor es más elevado, perdurando su valor y uso durante generaciones.

    1. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Steinway & Sons ha demostrado a lo largo de los años ser una de las marcas más prestigiosas en la industria de los pianos, su dedicación al detalle y la calidad son evidentes en cada instrumento que producen.

      Las 126 patentes que han obtenido hasta la fecha son un testimonio de su innovación y su empeño por mejorar constantemente. Algo que realmente destaca de Steinway & Sons es su artesanía. Como mencionaste, cada piano es una obra de arte única, compuesta por más de 12.000 piezas meticulosamente seleccionadas y ensambladas para proporcionar el mejor sonido y experiencia posible.

      Su sonido único es otro punto destacado, que muchos pianistas profesionales reconocen y aprecian. Este sonido inconfundible permite a los pianistas expresarse de manera que no podrían hacerlo con otros pianos, lo que explica por qué tantos eligen Steinway para sus actuaciones en vivo.

      Además, un Steinway & Sons no es solo un instrumento, sino también una inversión. Como una buena obra de arte, su valor puede aumentar con el tiempo. Los pianos Steinway & Sons son conocidos por su durabilidad, y con el cuidado adecuado, pueden perdurar durante generaciones.

      En resumen, la reputación de Steinway & Sons como el mejor constructor de pianos del mundo está bien merecida, y sus instrumentos continuarán siendo la elección preferida de los pianistas profesionales y aficionados por muchos años más.

      Saludos, Prof. Hugo Landolfi

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