Uno de los problemas más comunes que tienen los pianos en la actualidad, además de la desafinación, es que están caídos de tonalidad. Al hablar de caída de tono hacemos referencia a que todas las cuerdas del piano van perdiendo gradualmente la tensión y provocan una desafinación general del instrumento. Si un piano bien afinado según el tono patrón de afinación, que hoy en día es de 440 Hertz para el La central, va perdiendo parte de la tensión de sus cuerdas, tanto el La central como el resto de las cuerdas irán disminuyendo su frecuencia. Es por eso que para indicar cuán caído de tono se encuentra un piano se lo suele indicar por medio de la frecuencia a la que se encuentra en ese momento el La central, por ejemplo, en 435, 430, 420, etc. En algunos casos, si la caída de tono es muy grande se la indica según tonos o semitonos diciendo: “Este piano está caído un tono” o “un semitono”. A veces una caída brusca del tono se debe a que el clavijero del piano está dañado.
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¿Qué es subir de tono un piano?
Entonces, al hablar de la caída de tono de un piano se hace referencia a la pérdida conjunta de la tensión normal de sus cuerdas. A partir de ello se puede deducir que subir la tonalidad de un piano es un trabajo diferente, aunque muy relacionado, al trabajo de la afinación. Subir la tonalidad de un piano implica entonces devolver a todas sus cuerdas la tensión que perdieron, es decir volver a llevar al La central a 440 Hz. y al resto de las cuerdas del piano a una frecuencia tal que estén en relación con el La central. Esto implica un trabajo que consta de tres etapas y que requiere de un entrenamiento especial. La Escuela de Tecnología Pianística de Buenos Aires, a través de sus cursos de afinación, reparación y regulación de pianos enseña a quien desee aprender a realizar esta técnica. Según nuestro criterio personal subir la tonalidad del piano es una actividad que debería interesar tanto a los técnicos profesionales de pianos como a cualquier usuario que posea un piano caído de tono.
Riesgos de la subida de tonalidad
Ahora bien, ya sea afinador profesional o propietario de un piano, debe tener en cuenta los riesgos que implica subir de tonalidad este instrumento, siendo que muchas veces cae de tono porque no se mantiene una adecuada periodicidad en la afinación.
Lo que debe hacerse antes de subir la tonalidad del piano:
Lo primero que siempre debe hacerse antes de realizar una subida de tono es una evaluación del estado del piano, por más que éste se encuentre en buen estado siempre debe advertirse al propietario del piano de los riesgos que implica el procedimiento de subida de tono.
Si bien estos riesgos no son graves, pueden llegar a costarle algo de dinero extra; por ejemplo, suele suceder que las cuerdas que han perdido tensión por esta caída tonal, al devolvérseles su tensión original, se corten, lo que implicaría necesariamente un cambio de cuerda. Hay pianos donde esto no ocurre, como así también hay otros a los que pueden cortárseles diez cuerdas. Dado que es imposible predecir lo que ocurrirá con cada uno siempre es conveniente advertir al propietario acerca de esta posibilidad antes de realizar el trabajo de subida de tono para evitar inconvenientes. También es cierto que puede estimarse si ocurrirá o no una rotura de cuerdas, a partir los datos arrojados por la evaluación previa del estado del piano en función del estado de las mismas y la cantidad de tensión perdida. Si las cuerdas están llenas de corrosión u oxidadas es altamente probable que se corten muchas así como si están en buen estado es probable que no se corte ninguna. Además, cuanto más caído de tono se encuentra el instrumento, tanto mayor posibilidad de que se corte alguna cuerda y cuanto más cerca del 440 esté, esta probabilidad será menor.
Esta evaluación previa que debe realizar el afinador o técnico de pianos antes de comenzar con la subida de tono consiste básicamente en analizar exhaustivamente tres aspectos del piano:
En primer lugar, debe analizar que los tirantes del piano estén bien consolidados y no haya polillas u otro tipo de insecto que haya corroído y debilitado la madera. En segundo lugar, deberá revisar minuciosamente y de manera integral, y de ser posible mediante una linterna, el estado del arpa asegurándose que no haya ninguna fisura, rajadura o roturas de algún tipo. Suele decirse a veces que uno de los riesgos de la subida de tono de un piano es que se raje el arpa. A nuestro modo de entender, en realidad lo que ocurre en esos casos es que se ha salteado el paso de la evaluación, y que seguramente el arpa del piano ya presentaba una pequeña fisura y, junto con un descuidado proceso de subida de tono, acabó por romperse. En general, la causa más probable de rotura de arpa son los golpes durante los traslados y no las subidas de tono. Finalmente, en tercer lugar, el técnico de piano debe evaluar si existen rajaduras en los puentes tonales y cuál es la consistencia del clavijero. Este último punto es muy importante porque le permitirá saber si las clavijas podrán aguantar la tensión que se les agregará a las cuerdas. Suele suceder en algunos casos que los pianos están caídos de tono porque sus clavijas están flojas y, al subir la tensión de las cuerdas con la llave de afinar, éstas no aguantan la nueva tensión y vuelven a su posición original. De modo que no será posible realizar la subida de tono si no se repara primero el problema de las clavijas. En nuestro video sobre este mismo tema al minuto 10:15 se puede observar una demostración de cómo deben ser realizados los distintos puntos de la evaluación del piano.
Subiendo de tonalidad el piano
Una vez realizada esta evaluación minuciosa por parte del técnico de pianos, puede iniciarse el trabajo de subida de tono propiamente dicho que como dijimos anteriormente es una labor diferente a la afinación y, por lo tanto, se cobra por separado. Este trabajo implica devolverle a las cuerdas la tensión que perdieron. La Escuela de Tecnología Pianística de Buenos Aires enseña a realizar esta técnica por medio de sus cursos presenciales o a distancia. Recomienda además como primer punto a tener en cuenta para los técnicos que no deben saltar más de cincuenta céntimos por pasada en la subida de tono para minimizar cualquier problema con la rotura de cuerdas mientras se realiza el trabajo. A partir de este consejo se desprende que por cada cincuenta céntimos que esté caído de tono el piano se debe realizar una pasada completa de subida de tonalidad. Se recomienda que esto se haga en forma cromática aunque también puede realizarse en la forma en que se afinan los pianos auralmente: haciendo una afinación completa, subiéndole el tono posteriormente cincuenta céntimos y seguidamente se hace la otra. Con esto queremos decir que no hace falta esperar a que el piano se estabilice como habitualmente se escucha al respecto, todo puede hacerse en forma continuada el mismo día, primero la subida de tono y posteriormente la afinación final.
Ahora bien, es importante también que los técnicos avisen al propietario del piano al cual le están realizando la subida de tono que, luego de realizado este procedimiento, la afinación del instrumento permanece por un tiempo algo inestable debido a la inercia que tienen las cuerdas de mantener su tensión original. Frente a esto, la ETPBA recomienda que, por lo menos, en el término de dos semanas a un mes se vuelva a realizar otra afinación para ir estabilizando la afinación del piano en el nuevo tono. Esto deberá hacerse la cantidad de veces que sea necesaria hasta que el piano quede estable en 440 Hz. y, para evitar futuras caídas de tono, recomienda además afinar el instrumento por lo menos una vez al mes. Teniendo en cuenta los altos costos que ello implicaría el profesor y director de la ETPBA Hugo Landolfi aconseja a todos los usuarios y profesores de piano que aprendan a afinar su propio instrumento para tenerlo permanentemente en un estado de excelente afinación.